miércoles, 17 de febrero de 2010

Refelxión acerca de Performance: Haitiislas, 14 Feb 2010


Un Performance en Heredia (la geografía superada)

Esteban Astorga


La caracterización del lugar: Parque. Fuente al centro, tres señoras adultas-mayores orgullosas de su cristiandad (o algo así), tolerantes a los alaridos del Guato y los respectivos ecos y danzas de la fanaticada. Primer dato digno de curiosidad: Las señoras se levantan y se van. Los niños (aun desconocidos) corren zigzagueandolas.

¿Cuándo empieza un performance? -pensé- No me respondí nada, la cuestión es hacer y experimentar lo desconocido para mí. Acercarse a la gente: gente difícil siempre me topo, de tradición patriarcosa que dictan desde las tablas de Yavéh y niegan la ayuda que los gringos sí dan como garantía retroactiva (o lo que eso signifique) en la isla destrozada. Puro business. Ayudar como estrategia económica, como asunto de interés nacional, o no ayudar desde nuestra comodidad privilegiada al amparo de la negra de los angeles. El señor me cuenta su posición: no quiere ayudar de ninguna forma. Su esposa o compañera, amante o hija se queda callada. ¿Qué putas piensa éste viejo? -pensé- No dije nada, la cuestión es dar media vuelta y buscar más.
Negación de dos tipos otros. Yo me cuestiono la incidencia política de la acción: la acción es el canal de participación e intercambio, de ahí parte el contenido político o de sensibilización que se quiera dar., si es que se quiere dar.
El performance: mucho por aprender (a mí hablenme de rayones -pude haber pensado un año atrás- tal vez) Eso es una herramienta, una acción liberadora no necesariamente tiene que tener contenido político, hacer y sentir -siento que comunicar sí es esencial-. Se plantea un intercambio con el entorno en otro nivel, o al menos eso creo. No se parte de una estructura establecida y se juega con circunstancias muy específicas del momento. Se forma un tejido libre de participación e interacción, una suma de elementos y propuestas. Sea lo que sea pretendo entenderlo.

Una tabla y la bandera haitiana -testigo del saqueo de siglos. Uno de los niños se separa del zigzagueo. A lo lejos él ve un barco y no se equivoca; se me acerca entre tanto mar de parque y de gente, me pregunta tímido por el barco (para mí desecho de tabla y papel impreso) -pienso: ahora es un barco y el barco me remite a la isla, a mi construcción de referentes, búsquedas de sentido, conceptos, intertextos, tanta mierda que me guardo esperando usarla alguna vez- y él que llega tan directo, tan a lo que quiere:

-Tomá, ayudame a construir algo con ésto- dije iluso.

-No, porque estoy ayudando en la otra isla de allá. Pero me llevo el barquito.

Un performance, ahora quedé con hambre...
Saber más, escribir también más. Y hacer.

Las gracias que adornan -dicen-